Los signos del síndrome de fatiga crónica son muchos deestán listos para diagnosticarnos trabajando demasiado en el trabajo, experimentando un estrés constante y sintiendo un colapso permanente. Veamos qué tan justificados están los paralelos entre esta enfermedad y el malestar común.
Síndrome de fatiga crónica: síntomas, tratamiento.
Sensación de impotencia y apatía regular.A menudo acompañan a los residentes de megaciudades. Especialmente aquellos que trabajan en la oficina y no se adhieren a un estilo de vida saludable. Sin embargo, en los últimos años, estos síntomas han adquirido el carácter de una epidemia real. En los países de la CEI, no es habitual recurrir a los médicos con tales quejas. A menudo se les atribuye una naturaleza psicógena y se cree que el descanso debería hacer que la fatiga constante retroceda. En Estados Unidos, el problema del exceso de trabajo crónico se trató con gran atención: a fines del siglo XX, se realizaron estudios allí, se analizó cuidadosamente la etiología de los síntomas anteriores. Como resultado, se identificó una nueva enfermedad. Todos estos signos se consideraron síntomas del síndrome de fatiga crónica.
Признаками синдрома хронической усталости стали ser considerado debilidad, depresión, cambios repentinos de humor. En la sangre de todos los pacientes, se identificó un nuevo virus, llamado virus de Epstein-Barr. Tiene un origen herpético: esto puede explicar en parte su propiedad de proceder en secreto y no manifestarse durante mucho tiempo. Esta característica del síndrome de fatiga crónica explica las dificultades que surgen en el diagnóstico. Además, un desglose puede indicar muchas otras enfermedades. El síndrome también puede ser provocado por resfriados de naturaleza viral o una exacerbación de procesos inflamatorios crónicos. Esta enfermedad afecta principalmente a mujeres de veinte a cuarenta años: representan hasta el ochenta por ciento de todos los casos.
Síndrome de fatiga crónica: prueba y manifestaciones
Los signos de esta enfermedad permitenUn enfoque cuidadoso para distinguirlo de la fatiga ordinaria y la debilidad constitucional de los procesos nerviosos. El sentimiento de que una persona vive al límite de su fuerza y no puede hacer frente a las cosas que antes se le daban fácilmente, surge de repente. El descanso no ayuda. Un sueño prolongado no trae alivio. Y durante mucho tiempo no hay mejoras. Para diagnosticar el síndrome, en primer lugar, es necesario excluir cualquier enfermedad sistémica y crónica. En segundo lugar, además de la sensación permanente de fatiga extrema, también deben presentarse otros síntomas: dolor en la espalda, articulaciones y cabeza, sensaciones desagradables al tocar los ganglios linfáticos. También a menudo hay olvido y confusión de pensamiento, ansiedad, algunos síntomas que se asemejan a la distonía (mareos, entumecimiento de las extremidades).